Somos nosotros mismos, con nuestros conocimientos propios y nuestra imaginación, los responsables de crear. Quien crea cosas nuevas es considerado un artista, y todo artista vive en una tierra de frontera entre lo que es y lo que puede ser, se mueve en el filo de la realidad, vive por momentos en un maravilloso desequilibrio. Por ello, una cierta inestabilidad y conflicto son inherentes a esta profesión, cuando se la ama y se vive con la pasión necesaria. Una pasión y una experiencia docente de muchos años que el autor quiere compartir con otros profesionales y responsables de la educación para ayudar a éstos a contemplar, de otra manera, su tarea diaria.
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